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El ejido de El Nigromante, conocido como San Nicolás, alberga la hacienda de San Nicolás de los Quixas Escalante, las primeras tierras de la hacienda fueron adquiridas a principios del siglo XVII mediante mercedes reales.
En 1619 se hizo mención de “La hacienda de San Nicolás” en el Primer Libro de Bautizos de la Parroquia de San Matías de la Sierra de Pinos.
Hacia 1638 las tierras en que estaba construido el casco de San Nicolás, se hallaban en poder del Capitán Don Pedro de Quixas Escalante y Boroto, originario de la Villa de Laredo, poblado costero en el país Vasco (reinos de Castilla).
En el primer patio de la casa se encuentra un escudo tallado en cantera, se trata de un escudo cuartelado que lleva en los coárteles primero y segundo una torre y un león rapante respectivamente, en el tercero dos lobos paseantes y en el cuarto un navío.
En la orla se ubica una inscripción que dice: “ESCUDO DEL CAPPN. PO. DE QUIXAS ESCALANTE”, y en el fondo, rodeando el relieve, está gravado el lema “OSAR-MORIR-DA LA-VIDA”.
Con toda seguridad se otorgó este escudo al primer propietario de San Nicolás, al Capitán don Pedro de Quixas Escalante y Boroto, por sus servicios como militar.
Hacia 1638 las tierras en que estaba construido el casco de San Nicolás, se hallaban en poder del Capitán Don Pedro de Quixas Escalante y Boroto, originario de la Villa de Laredo, poblado costero en el país Vasco (reinos de Castilla).
El segundo propietario de San Nicolás el Capitán Don Joseph de Quixas Escalante, paso a formar parte de los guardianes del Señor, a principio de 1677 .
Fue sepultado el 6 de enero de ese mismo año en su hacienda, dejó como albacea fideicomisaria a su esposa doña Ana Flores y bustos.
En 1712 el dueño de la hacienda era el Capitán Don Antonio Anselmo de Quixas Escalante.
La hacienda de San Nicolás de los Quixas Escalante fue vendida en fecha desconocida, pero con toda seguridad entre 1760 y 1781, a José Ignacio García de Rojas.
El Templo de la Hacienda sigue en pie, manteniéndose como uno de los puntos centrales del complejo.
En la fachada podemos observar un trabajo detallado en las figuras que decoran la entrada.
Al interior del templo nos encontramos con cierto deterioro, mismo que resulta natural pero que no opaca la belleza del decorado que aún conserva.
Una nave principal, interrumpida sólo por las capillas laterales, nos guía hasta el altar principal donde descansa la figura de San Nicolás de Tolentino.
El templo que en un tiempo perteneció a la Hacienda de San Nicolás de Quijas, es sobrio pero con altares ó adoratorios de una gran calidad artistica.
Las fiestas se realizan durante el mes de septiembre, el día principal es el 10.
Tambien en el templo encontramos pinturas antiguas con motivos religiosos, como la que se aprecia el bautísmo de Jesús por parte de San Juan Bautista.
Dentro el decorado de la cúpula octagonal que se encarga de repartir luz junto con los colores y las estrellas que llenan de vida techos y paredes, nos invitan a recorrer cada rincón del espacio religioso.
Encontramos óleos y figuras que nos dejan ver la antigüedad y la tradición que permanecen alejadas del tiempo al interior de la nave.
El altar principal combina la madera y el blanco con dorado para darle sobriedad y belleza.
El complejo en su totalidad se presenta como una sorpresa después del largo camino que se debe recorrer para llegar a él.
Las cúpulas de este templo sobresalen en esta localidad del Nigromante, las cuales estan en perfecta armonia en el horizonte azul del cielo.