CULTURALES/TEMPLO SAN GREGORIO MAGNO . : - : . 2 páginas; usa las flechas
La parroquia de San Gregorio de Mazapil fue construida por el siglo XVI. Este templo fue construido con el fin de albergar la Milagrosa imagen de Nuestro Padre Jesús de Mazapil. Cuyas fiestas patronales se celebran del 29 de Julio al 6 de Agosto de cada año.
Se inició su construcción en 1716, siendo Párroco Don Marcos González Hidalgo, y se terminó en 1748, estando como Párroco el Bachiller Don Juan Diego de Villarreal.
Quienes colaboraron principalmente para esta obra fueron Don Francisco de Urdiñola y Don Juan de Angúlo, así como sus descendientes de la época, según consta en los Archivos Parroquiales.
Su tipo de construcción es el barroco popular tallado en cantera blanca. En su pórtico principal tiene los escudos del Papa y del Rey de España (de aquella época) esculpidos a cuchillo.
En su interior, al frente, retablo hermosamente tallado, con columnas de estilo griego, romano y otros predominando en el tallado general de dicho retablo, el estilo churrigueresco.
Cuenta también con varias pinturas del siglo XVII, algunas clásicas de Mateo Montes de Oca.
El templo se encuentra precisamente en el centro del Pueblo, y a un costado de la Plaza Principal. En la parte posterior en el lado Oriente se encuentra la notaría de la Parroquia.
En su torre principal se encuentran sus campanas de sonoro y hermoso tañer, y cuyos nombres son: Nuestro Padre Jesús, María del Rosario y San Gregorio.
Las esquilas Martha y María. Su sonido se escucha a gran distancia, destacándose la de Nuestro Padre Jesús que tiene una altura de 2 metros, 1.40 mts. De diámetro y 15 cms. de espesor, con un peso de 1600 Kg.
La historia cuenta que el Jesús de Mazapil fue encontrado en el monte, en lo que antes era la comunidad de Pinito.
Unos trabajadores que iban de regreso a su casa, se encontraron con una gran caja forrada de cuero y perfectamente abisagrado, con grandes y macizas chapas aseguradas
Consideraron necesaria la intervención del alcalde para abrir aquella misteriosa caja, al acudir al llamado el alcalde mandó destrabar las cerraduras, y al advertir lo que había en el interior, exclamó: ¡Mi Padre Jesús!
A partir de aquí, se cuenta que el Cristo ha ido envejeciendo y encorvándose con el paso de los años.
Vista del Altar Principal, con el Cristo encorvado.
La fe de generaciones enteras sigue siendo preservada gracias a la maravillosa construcción y su historia.