JEREZ
CULTURALES
/EX HACIENDAS/EX HACIENDA DE LA CIENEGA . : - : . 3 páginas; usa las flechas
A pocos kilómetros del centro de la ciudad de Jerez, se encuentra la exhacienda de Ciénega.
Se tiene noticia de esta hacienda desde mediados del siglo XVII los propietarios eran don Francisco Martín Gallardo y su esposa doña Teresa de Rodas
Cuando murieron sus dueños sus hijos la vendieron a las Madres Clarisas de Querétaro.
Que contaba de 24 sitios de ganado mayor (cada sitio equivale a 1755 hectáreas), entre esos sitios estaba Ciénega.
Posteriormente fue vendida por las Madres Clarisas en 1680 al Conde de Santa Rosa, don Juan Bravo de Medrano.
En 1700, se le conocía como Ciénega de San José, y solo era un conjunto informe de casas que no constituían una hacienda formal.
Poco a poco se fueron construyendo las trojes, caballerizas, la casa grande.
Se contruia todo lo necesario para que fuese una hacienda de campo siendo propiedad de Francisco Prieto Gallardo.
Posteriormente su propietario fue José de la Borda. Cuando murió, se quedó como dueño su hijo, que era sacerdote, Manuel de la Borda.
Tiempo después Fermín de Apecechea quedó como propietario de las Haciendas de San José del Maguey.
Ciénega de Jerez y Santa Rosa de Malpaso, propiedades muy extensas.
En marzo de 1815 don Antonio María de Gordoa compra por medio de su apoderado la Hacienda Cienega de Dolores
Para ese año la Hacienda de Ciénega tenia un costo de 142 mil 679 pesos y unos cuantos reales
Para 1815, este lugar ya era conocido como Hacienda de Nuestra Señora de los Dolores de Ciénega, pero carecía de capilla
La capilla comenzó a construirse el 22 de marzo de 1820 por parte del Lic. Antonio María de Gordoa, para el culto a la Señora de los Dolores.
Pocos años después, fue llevada a este templo la imagen de San Antonio, la que ha sido motivo de gran devoción.
La Familia Gordoa, estuvieron muchos años en posesión de las Haciendas la hicieron crecer, convirtiéndolas en una de la mejores de la región.
La vida de los dueños de estas haciendas, se desarrollaba en la hacienda misma.
Por lo que muchas de las criptas que se encuentran en el templo son de los miembros más prominentes de esta rica familia.
Con la revolución las haciendas se fueron desmembrando y sus propietarios huyeron dejándolas en manos de apoderados.
Comenzó también el reparto agrario, y la hacienda de Ciénega fue una de las primeras en ser divididas.
En la guerra cristera la casa grande de Ciénega fue utilizada como cuartel general.
Después, lo que quedó de la casa grande de la hacienda, fue comprada por el Sr. Cura Carlos Uriel Argüelles.
Cuyo sobrino Rafael Argüelles la ha tratado de conservar, tanto la casa como la huerta y el templo