Esta cantina tiene su inicio en el 1895, ha sido visitada por mineros, barreteros, gambusinos, militares de alto rango y hasta de Juana Gallo y es una de las pocas que todavía existe en la ciudad.
La cantina ya existía desde antes de la Revolución Mexicana a pasado por diversos propietarios hasta que se la vendieron al ultimo propietario en 1951 por 25 mil pesos.
Por la calle en que esta la cantina pasó el general Pancho Villa, pero no entró porque era abstemio.
La finca tiempo atrás abarcaba hasta la esquina del la Fuente de los Conquistadores y había un letrero en la puerta con la leyenda: “prohibida la entrada a los menores de edad, militares uniformados y mujeres”.