La construcción de este edificio comenzó en 1747, por órdenes de la Santa Escuela de Cristo.

Cuando se terminó, el templo prestó sus servicios de forma ininterrumpida hasta el siglo XIX.

Cuando en cumplimiento de la Ley de Secularización de Bienes Eclesiásticos, paso a ser propiedad del Estado.

Ya que el edificio se encontraba en muy buenas condiciones, el espacio fue utilizado para impartir educación a la población adulta.

En 1867 la Escuela para Adultos fue abierta.

Después de una serie de cambios de propietarios, lo que implico el cambio de destinos.

El Gobierno del estado decidió y en 1904 fue adquirido por un grupo de ciudadanos apoyados por el Obispado.

Tras una restauración por el maestro Dámaso Muñeton en 1906 el edificio, que aun fue conocido como la Santa Escuela.

Fue dedicado nuevamente y reabrió sus puertas bajo el nombre del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón.