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La Quemada es una zona arqueológica también conocida como Chicomóztoc, se localiza en el Municipio de Villanueva.
En el estado de Zacatecas, a 56 kilómetros al sur de la ciudad de Zacatecas sobre la Carretera Federal número 54 Zacatecas-Guadalajara. México.
Sobre el nombre de esta zona, no hay referencias claras, aparentemente el nombre “La Quemada, fue como consecuencia de un incendio.
Dada la distancia existente entre La Quemada y el centro de Mesoamérica, esta zona arqueológica ha sido objeto de distintas interpretaciones.
Por parte de historiadores y arqueólogos, quienes han intentado correlacionarla con distintas culturas.
Se supone que este lugar pudo ser el legendario Chicomóztoc, un sitio Caxcán, un enclave teotihuacano, un centro tarasco.
Capital de todos los grupos indígenas asentados al norte del Río Grande de Santiago.
En 1615, Fray Juan de Torquemada identificó a La Quemada como uno de los lugares visitados por los mexicas.
Clavijero, en 1780, asoció este lugar con Chicomoztoc, donde los mexicas permanecieron nueve años durante su viaje al Anáhuac.
Esta especulación dio paso a la tradición popular que identifica a La Quemada con el lugar mítico llamado Las Siete Cuevas.
Los trabajos arqueológicos efectuados en esta zona a partir de la década de los ochenta.
Han permitido precisar que La Quemada se desarrolló entre 300 y 1200 d. C. (periodos Clásico y Posclásico Temprano).
Y que fue contemporánea a la Cultura Chalchihuites, caracterizada desde los primeros siglos de nuestra era por una intensa actividad minera.
Formarían una red de intercambio vinculada a Teotihuacán (350-700 d. C.), que se extendía desde el norte de Zacatecas hasta la cuenca de México.
Es posible que los nexos establecidos por los teotihuacanos se dieran con las élites locales de los centros ceremoniales de dicha red.
Residentes en esos centros, eran quienes aseguraban el flujo de los diversos recursos y productos, como minerales, Sal, conchas, plumas, obsidiana, peyote, entre otros.
Entre 700 y 1100 d.C., La Quemada ya no participará en esa red, sino que, como lugar dominante del intercambio a nivel regional.
Comenzó a competir con algunos sitios aledaños. Es durante este tiempo que el sitio adquirió un carácter defensivo.
Evidencia de ello es la construcción, sobre el flanco norte del lugar, de una muralla de aproximadamente cuatro metros de altura por cuatro metros de ancho.
Por las huellas de incendio que se han encontrado en varias partes del sitio se infiere un caso violento del asentamiento.
La Quemada se compone de numerosas plataformas de mampostería de distintas dimensiones que adosadas al cerro, funcionaron como basamentos para las estructuras superiores.
Sobre los costados sur y sureste de esa elevación se encuentra una alta concentración de edificaciones de índole ceremonial.
Varias de las cuales son complejos de plataformas patio-hundido y altar-pirámide, un atributo arquitectónico típicamente mesoamericano.
Sobre el costado poniente se hayan múltiples plataformas o terrazas que al parecer, corresponden a estructuras habitacionales más que a ceremoniales.
Todos los elementos arquitectónicos de La Quemada están construidos con lajas de reolita, extraídas de la loma que se observa hacia el noreste de la Pirámide Votiva.
Hoy en día únicamente se observan pequeñas secciones del acabado original.
Los estudios realizados hasta ahora permiten determinar que el conjunto monumental que se conserva fue construido en distintas épocas.
Se sabe que en el núcleo de mampostería de la zona arqueológica existen edificaciones anteriores, cubiertas por los rellenos de etapas constructivas posteriores.
Si se considera a la totalidad de los elementos, desde las extensas calzadas y los numerosos sitios menores vinculados por ellas a La Quemada.
Esta es una zona arqueológica singular en el mosaico de sitios mesoamericanos.