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A 15 minutos de la cabecera municipal encontramos la comunidad del Astillero, es una población pequeña, de esas que parece que están a punto de desaparecer, pero en ella reside una de las piezas más bellas en el estado.
Arquitectónicamente la belleza exterior es innegable, sin embargo, la verdadera magia se da en el interior.
El templo del Astillero, como se le conoce, perteneció a la familia Felguerez, misma que se dedicó además de la agricultura y la ganadería, a la compra de construcciones religiosas seculares.
El Astillero perteneció a la familia hasta las reformas agrarias que se desprendieron de la revolución de 1910, ahora es custodiado por la comunidad, misma que se ha encargado de la difícil labor de conservación.
Predominantemente neoclásico, el interior y el exterior del templo amalgaman perfectamente un estilo lleno de esplendor y suntuosidad. No hay lugar del interior que no esté lleno de color y detalle.
El altar principal está dedicado a la Virgen del Refugio, está elaborado en madera y colores sobrios. Las columnas eclécticas le dan un toque delicado. La representación principal en el altar es una retablo con características posiblemente del siglo XVI.
Una sola nave da forma al recinto, la tapicería que la decora se encuentra en buenas condiciones si se toma en cuenta el paso del tiempo y la humedad con la que el municipio cuenta.
Los cuadros del interior, las imágenes de bulto, las cruces y candelabros son un resumen histórico de las diferentes formas en que la riqueza de la zona se manifestó.
El templo se encontraba dentro del complejo hacendario que formaba el Astillero, junto con la presa y el lugar que hoy es ocupado por la comunidad eran el corazón de la hacienda.
La hacienda fue administrada por la familia Felguerez, se dedicaba a la agricultura, principalmente el maíz y frijol y a la crianza y comercialización del ganado bovino.
En su iglesia se venera la sagrada imagen de la “Virgen del Refugio”, siendo su fiesta patronal el día 4 de Julio, los fieles y habitantes del lugar se han preocupado por mantener en pie dicha edificación.