Para llegar a estos manantiales hay que tomar la carretera que lleva al municipio de Atolinga, luego se toma una terracería que llega a menos de un kilómetro del lugar, las coordenadas son 21.847418,-103.426366.

Es un agradable lugar en medio de una zona boscosa. Para los amantes del campismo esta es una excelente opción.

El agua abundante permitió que durante la colonia en este lugar construyeran un molino para procesar el trigo que se producía en estas partes altas de Tlaltenango y del cual aún hay restos.

En el cañón de Tlaltenango abunda la diversidad de opciones para convivir con la naturaleza o esparcimiento familiar, la Sierra de Morones ostenta orgullosamente múltiples cascadas en temporal de lluvias, miradores espectaculares, vestigios de pueblos prehispánicos y hasta cavernas y pinturas rupestres.

Actualmente existen algunas cabañas construidas en el corazón de la Sierra de Morones, en víspera del desarrollo ecoturístico de las Comunidades Indígenas.

Existen también los Miradores de El Filete, la Barranca del Campanario que luce una caprichosamente peregrinación de figuras encantadas en piedra, llena de leyendas e historias místicas que en su vereda atrapan, invitando a volver una y otra vez para además disfrutar de los paisajes que se contemplan en el recorrido.