Originalmente la comunidad contaba con un gran templo dedicado a su santo patrono, San Francisco de Asís (actualmente en ruinas) de grandes dimensiones, fachada de cantera, ventanas señoriales, amplios cruceros y panteón anexo, el cual fue destruido por un gran sismo a finales del siglo XVIII, pero, según cuenta la leyenda nunca se termino de construir porque en su interior se mato uno de los trabajadores.