Lo que conocemos ahora como el santuario es una de las construcciones con más historia en la ciudad, su fundación es tan antigua como la colonización.
Funcionó como hospital de indios y su fundación se presume alrededor de 1570 o 1670, según una inscripción en la campana.
Fue fundada por los Franciscanos y ha dado servicio, primero como hospital y poco a poco como capilla.
La sencillez de la capilla se explica por su origen como prestadora de servicios antes que otra cosa, sin embargo, las diferentes remodelaciones han hecho del espacio un lugar hermoso.
Al interior encontramos el altar principal con la imagen de la Virgen de Guadalupe como protagonista.
En el frontispicio encontramos toda la historia que necesita ser contada, el escudo Franciscano y la imagen de la Inmaculada Concepción tan característica de los hospitales de indios.
La arquería que encontramos tiene una fecha más reciente, en esta permanencia del lugar la reutilización y remodelación del espacio es parte fundamental para su subsistencia.
Si se tiene la oportunidad de pasar la tarde en el Santuario es una oportunidad que no debe desaprovecharse.