Se nombra en 1565 a Don Bartolomé Calderón como dueño de la hacienda de San Miguel de Buenavista.
Como las demás haciendas en Tepetongo, Buenavista gozo de tanto poderío, que de su extensión se desprendió una nueva hacienda.
La Trojita o Santa Gertrudis formaron parte alguna vez de San Miguel de Buenavista.
La producción agrícola fue la característica principal.
Funcionó casi tres siglos, hasta su desintegración durante las pugnas de la Revolución de 1910.
El último de sus propietarios fue el General Jesús Arechiga, quien en 1900 aparece como dueño. Las ruinas que encontramos nos dejan saber que más que el lujo, su enfoque fue totalmente a la producción.
Paredes de adobe, arcos en cantera, los restos de lo que parecen altas murallas, es lo que queda de una de las casas más antiguas de Tepetongo.
La torre de su templo y su fachada permanecen en pie, como si la fe siguiera conservándolas.
Una campana abandonada de la cual alcanzamos a ver lo que debió ser su fecha de colocación y su nombre se alza en el cielo de Buenavista.