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Contiguo al monasterio y como parte integral del hermoso conjunto arquitectónico del S. XVIII, se destaca por su frontispicio de estilo Churrigueresco de dos cuerpos, conformado con cuatro estípites en la parte baja y cuatro en la parte superior cinco nichos con sus respectivas esculturas y debidamente ubicados su torre es demasiado llamativa por sus doce columnas salomónicas.
La portadilla es de estilo Románico con un arco de unión en el que está artísticamente labrado del monograma de almagrada orden de San Francisco.
La sacristía del templo es digna de admirar, construida en cantera y decorada con labrado, en forma de conchas invertidas destacan las nervaduras del crustáceo que originalmente estuvieron culminadas de la familia de laminillas de oro.
La nave principal es amplia y con decoración austera, muy común en las construcciones franciscanas, la iluminación está a cargo de los ventanales laterales que dejan pasar la luz a través de los vidrios de colores.
Los trabajos de herrería, los retablos, cuadros e imágenes que llenan el interior del templo, son el ejemplo claro de toda una época llena de riqueza y fervor religioso, del legado de generaciones y del trabajo que se ha tomado para su conservación.
El altar principal es una pieza excepcional del trabajo artesanal en lámina de oro, las columnas y los nichos se cubren e iluminan con el color dorado los cuerpos de la Virgen de la Purísima y San Francisco.
La capilla lateral presenta un trabajo en estofado dorado y plata en perfecto estado de conservación.
El templo de San Francisco es la pieza clave del conjunto arquitectónico que decora la ciudad de Sombrerete.
La orden Franciscana además de ser la más antigua en tierras novohispanas, representó para el norte del país la llave hacia el camino de la colonización y la evangelización.
El complejo completo incluye el convento de San Francisco, mismo que sigue siendo utilizada por la orden franciscana, los templos, los portales, la plaza y ahora el teatro al aire libre conforma un extenso complejo cultural religioso.
Al entrar al convento existen 3 arcos, esculpidos con características tlaxcaltecas; sobre estos en forma intercalada destacan 3 rodelas; la del centro tiene labrado el simbolismo de la Tercera Orden de San Francisco, los brazos de Jesucristo y del santo varón (San Francisco).
El claustro es de dos niveles, que tienen arquitectónicamente bien distribuidas 24 pilastras en cada piso, con un patio central en forma de cuadrilongo; arquerías distribuidas en seis arcos de cada lado mismos que rematan en medio punto; destaca además, una cornisa corrida de cantera media y demasiado exquisita; el techo de tipo Bóveda Franciscana.
Para el acceso de segunda planta tiene una rampa inicial bifurcándose en dos; se aprecia en la parte superior (techo), una cúpula, que es formada por un circulo concéntrico hermosamente elaborado, la parte alta de la escalinata la adornan tres grandes arcos.