Es el primer templo de Sombrerete, dedicado a la Santísima Virgen de la Candelaria, imagen elaborada en Sevilla, España con madera y rico estofado.

La imagen fue donada por el conquistador Don Juan de Tolosa en 1556, y traída por Fraile Jerónimo de Mendoza, a la que veneraron con profunda devoción como símbolo de fe y cristiandad.

La capilla es llamada así, por ser edificio pequeño con altar de advocación para los indígenas, construido de piedra; su nave es un polígono truncado que mide de largo 25.50 m. con anchura de 5.76 m; descansa su techo sobre 52 gruesas vigas de madera grabadas y 114 zapatas ranuradas estilo colonial, que sirven como fuerte sostén.

El altar o retablo es de forma semipoligonal, en culminación medio circular, labrado en cantera, al que adornan cuatro columnas toscanas que rematan en capiteles estilo jónico así como unas bien delineadas hojas de vid, en su parte plana.

Al centro, está el nicho que abriga a la Santísima Virgen de la Candelaria, cuyo tamaño es de madera labrada y su piso integrado de gruesos tablones, sostenidos por tres grandes vigas (maderos) que descansan en seis zapatas.

Muy posterior a la construcción del templo, es el púlpito circular, fabricado de madera y decorado en su parte inferior con un mediano estofado.

Su fachada es del siglo XVI, es lisa con aplanado, (en los últimos años esta fachada de aplano se sustituyó por chapa de cantera) resaltando la portadilla de cantera labrada que remata en dos Ángeles o querubines semidestruidos por el paso del tiempo.

El marco de entrada es un arco románico, sobre el que existe un pequeño cuadrilongo con ventana al coro; su fachada culmina con un nicho que cubre una diminuta efigie o imagen viva de la Virgen de la Candelaria.