Como todos los pueblos ricos históricamente, Sombrerete ha sido tutelar y celoso guardián al conservar parte del esplendor de la ciudad, desde el comienzo de su población, bonanza de sus vetas, remembranza de los minerales que produjeron las minas de Pabellón, Vetanegra, San Martín y Noria de San Pantaleón, sus haciendas de beneficio, establecimientos de Cajas Reales, casa de acuñación, Edificios coloniales e iglesias.