Algo indispensable para la fundación de las ciudades ha sido la cercanía con el agua.
En el caso de Pinos la población necesitaba abastecerse de agua y debido a la explotación minera el agua subterránea no era una opción.
Sin embargo la existencia de manantiales fue la mejor opción y desde su fundación se encargaron de llevar el agua desde las faldas de la Sierra de Pinos hasta las pilas de distribución en la cabecera.
Estas pilas aún existen y ahora son monumentos históricos. Una en el barrio de Tlaxcala y la otra en el jardín.
Para llevar el agua a la cabecera se dispuso de una red de tuberías y pequeños puentes para garantizar el abasto de agua para consumo humano.
Túneles que fueron formados por el trabajo humano y la erosión causada por los siglos del correr del agua.
En la actualidad aún se cuenta con algunos manantiales de los cuales se sigue obteniendo agua para diferentes usos.
El viajar por estos túneles es todo una experiencia en la cuál se hace constancía del esfuerzo humano por vencer la adversidad ante la falta del vital liquido