Otro de los edificios antiguos en el municipio de Pinos es el Mesón del Conejo, una construcción que fue un albergue para los viajeros

Todavia pueden verse en los muros de este mesón el lugar donde los viajeros amarraban su caballos y mulas, nótese el desgaste por erosión provocado por las sogas.

Tambien encontramos el viejo pozo que suministraba agua a los habiatantes y viajeros que vivian y se hospedaban en este mesón.

Se ha logrado rescatar el heráldico que ostentó esta lugar en la antiguedad, simbolo de la importancia de este mesón en la región de Pinos.

El centro de la ciudad cuenta la antigüedad de su historia a través de sus edificios.

Sus balcones es otro aspecto que sobresale de la construcción, su característico labarado en cantera y barandal de hierro forjado y su vieja puerta de madera.

La arquitectura de este mesón en sus detalles recuerda la influencia que tuvo la cultura morisca en España y que aqui en México se reflejo tambien en sus construcciones.

Cada calle mantiene en pie piezas claves dentro del desarrollo y la importancia del lugar durante el auge minero y lo que de él se desprendió.

El Mesón del Conejo es uno de los edificios más grandes y más antiguos del primer cuadro de la ciudad.

Es también un remanente lleno de historias, como su nombre lo indica funcionó durante años como mesón, fue aquí donde todos los viajeros que intentaban llegar al norte descansaron.

Actualmente el edificio se encuentra en remodelación para volver a dar servicio de hospedaje.

El trabajo que se realiza es por demás admirable, se está conservando, restaurando y rehabilitando cada parte de él.

La idea es que se presente como una opción diferente para el turista, razón por la cual se mantienen detalles como los amarraderos donde los viajeros dejaban sus caballos.

El edificio es amplio, de dos plantas, con dos patios y un número importante de habitaciones y arquerías.

La conservación de lugares como éste, hacen de la ciudad un lugar digno de ser visitado.