La comunidad de Santa María de la Paz alberga la capilla que lleva el mismo nombre.

Es uno de los puntos perdidos en el tiempo que posee Ojocaliente, una de las sorpresas que se puede uno encontrar si sabe a quién preguntar.

La comunidad con el paso de los años se ha ido despoblando, sin embargo la capilla sigue en pie y en condiciones envidiables.

Desde el exterior podemos apreciar la belleza de la construcción, los colores marcan un contraste claro con el paisaje natural.

Al abrir las puertas y llegar al interior el colorido es aún más cautivante.

Por los detalles y la arquitectura, asemeja mucho a las capillas que fueron edificadas por los pueblos Tlaxcaltecas que fueron traídos para colonizar el norte del país.

Algunos objetos del altar mayor dan cuenta de que se pensó en todos los detalles que pudieran hacerla lucir.

La comunidad se encuentra sobre la carretera a Pastoría, escondida del tiempo y la destrucción.