En 1866 El General Miguel Auza, funda la plaza de Armas que hoy lleva su nombre.
A partir de su fundación comienzan los trabajos de remodelación, construcción y reconstrucción que irán dándole forma a lo que ahora conocemos.
Las fuentes, la vegetación, bancas y monumentos, forman parte del paisaje que los pobladores disfrutan.
Al centro de la plaza se levanta el kiosco, mismo que le da un aire de esa época porfiriana que marcó tantas facetas de la vida cotidiana.
Dentro de la plaza encontramos el monumento a la Madre, es una estatua de bronce de elaboración reciente que rinde homenaje a una de las piezas claves en la construcción social.
Una tarde lluviosa en la Plaza Miguel Auza, resalta la arquitectura del jardín y de los edificios que la rodean, es un buen momento para dar un paseo.