La Presa Grande, como es conocida, tiene una capacidad de almacenamiento hasta de 3.5 millones de metros cúbicos.

La grandeza de la Presa, más allá de su capacidad, radica en la construcción así como infraestructura y belleza de su legendaria y la historia que posee.

Es parte importante del gran complejo productivo que fue la Hacienda de San Marcos por casi tres siglos.

La firmeza de sus paredes, los detalles de sus nichos, el caracol y las escaleras para poder llegar al borde de la cortina, hacen a esta presa única en la región.

Más allá de la historia sobre su importancia para la vida de la hacienda, la presa de San Marcos nos cuenta otras abundantes leyendas y las ha dejado plasmadas en su construcción.

Si ponemos atención, veremos en la cortina tres pequeños nichos distribuidos a lo largo, en ellos aún es posible ver lo que fueron figuras en piedra de Santos con los nombres de niños que fueron empotrados aun con vida.

La leyenda cuenta, que como en otras regiones, se enterraban niños en las paredes de la cortina de la presa, para que, cuando estuviesen a punto de colapsarse los llantos alertaran a la población.

Más allá de si es verdad o no, la realidad es que, tomarse la molestia de dejar plasmado para la posteridad algo en lo que se cree, nos habla de la grandeza y el sentimiento de permanencia sin fin que un conjunto tan grande como lo fue la Hacienda de San Marcos hizo sentir.