Para entender la distribución de las poblaciones en el municipio, tenemos que necesariamente voltear a ver la Hacienda de San Marcos, es el caso de Tierra Blanca, cuya historia está ligada totalmente a lo que un día fue la hacienda.

Al recorrer la carretera podemos ver a lo lejos un Templo que se levanta entre las siluetas de las casas de una pequeña población.

La comunidad de Tierra Blanca se encuentra ahora a 15 minutos de la cabecera municipal, sobre la carretera que lleva a Luis Moya.

Su templo, consagrado a la virgen del Refugio es una de las construcciones más antiguas y más hermosas del municipio.

Su exterior luminoso por la cantera rosa, es el marco perfecto para el interior acogedor adornado con colores cálidos y retablos laminados en oro.

El altar principal está adornado por una hermosa pintura de la Virgen del Refugio, posiblemente del siglo XVIII.

El tallado de los marcos, pilares y fachada, son muestra clara de la riqueza de la que disfrutó la Hacienda.

Tierra Blanca era para la hacienda un suministro de agua, ahí se encontraban las norias y los aguajes para el ganado y el consumo.

El Templo es una joya a la mitad de la nada, de día o de noche, lo podemos ver levantarse entre el paisaje.

Hoy en día aún es posible encontrar los restos de las norias a la orilla del camino, resguardadas por la soledad que proporciona el semi-desierto.