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El Santuario de Guadalupe parece cuidar a Jalpa desde las alturas y quizá así sea. Desde la parte más alta del cerro, la construcción se mantiene vigía y en espera de los fieles que la visitan a diario y que preparan la fiesta para el 12 de diciembre.
El Santuario de Guadalupe no es sólo un Templo, es un complejo pensado y acondicionado para recibir un número importante de personas, mismas que se dan cita cada mes de diciembre.
El templo se erige sobrio y guarda en su interior un pequeño altar a la Virgen de Guadalupe. La imagen es enmarcada por cuatro pilares a cada lado, llenos de detalles labrados en piedra.
El trabajo de cantera que apreciamos en el Santuario es también obra de Don Emiliano Pilar, cuyo trabajo hemos visto en el Kiosco y los altares de Santo Domingo y del Templo de Nuestro Señor de Jalpa.
La estructura del Santuario es sencilla, una nave principal en la cual lo que salta a la vista son los ventanales, después de ahí los detalles del tallado en piedra.
De ahí la vista nos lleva al altar principal con la imagen de la Virgen de Guadalupe y ya está, el sentimiento de recogimiento que la iluminación y la distribución del lugar nos brinda y que corresponde al sentimiento religioso que se profesa en el Santuario.
La importancia religiosa del santuario, se ve igualada por la importancia que tiene dentro del sentir de los pobladores, es ahí, no sólo donde se va a venerar y buscar consuelo; es ahí donde también comienza una de las tradiciones más importantes.
Las fiestas para el pueblo de Jalpa, no son sólo el día de la fiesta y el de “recalentado” como se acostumbra, aquí el festejo se vuelve a dar una semana después del día de fiesta.
Por esta razón, la fiesta en el Santuario llega a su máximo el 12 y vuelve a vivirse el 19, día en el que se da comienzo a las fiestas de la feria.
Es casi imposible calcular la gente que recorre el Santuario cada año durante la fiesta, se habla de hasta diez mil personas caminando alrededor.
Pobladores, migrantes y vecinos de las comunidades asisten cada año a pedir, agradecer y mantener viva una de las tradiciones más importantes que posee Jalpa.